El aire atmosférico contiene por naturaleza varias impurezas, tales como polvo, hidrocarburos, virus, bacterias y agua en forma de humedad. Una vez aspiradas por el compresor, se comprimen y se envían a la red junto con las partículas de aceite. Estas impurezas pueden generar emulsiones abrasivas y corrosivas que pueden causar desgaste y corrosión en los equipos.